¿Sabes? me sigue gustando el café con dos cucharadas y media de azúcar, y beberlo caliente en una taza grande de colores animados.
¿Sabes? aún paso por Gran Vía y me acuerdo de aquella vez en la que hablando conmigo, fantaseando quizás, te chocaste contra un semáforo, ¡¡ qué risa !!, ¿te acuerdas?
¿Sabes?, me corté el pelo, aunque no me lo teñí, sólo las canas cuando afloran y es que tú mejor que yo, sabes que nosotros, somos canosos, y me sigue gustando llevarlo recogido en un moño, pero me acuerdo que a tí te gustaba más suelto, sin coletas ni moños que lo ataran y lo privaran del viento.
¿Sabes?, me acuerdo de tu poesía y de tu guitarra. De tus canciones escritas en una libreta y de tu voz recitando todo lo que escribías. Tienes arte, supongo que lo sabes.
¿Sabes? aún paso por Gran Vía y me acuerdo de aquella vez en la que hablando conmigo, fantaseando quizás, te chocaste contra un semáforo, ¡¡ qué risa !!, ¿te acuerdas?
¿Sabes?, me corté el pelo, aunque no me lo teñí, sólo las canas cuando afloran y es que tú mejor que yo, sabes que nosotros, somos canosos, y me sigue gustando llevarlo recogido en un moño, pero me acuerdo que a tí te gustaba más suelto, sin coletas ni moños que lo ataran y lo privaran del viento.
¿Sabes?, me acuerdo de tu poesía y de tu guitarra. De tus canciones escritas en una libreta y de tu voz recitando todo lo que escribías. Tienes arte, supongo que lo sabes.
¿Sabes?, me acuerdo de las veces en que me dijiste que siempre estaríamos juntos y que pasara lo que pasara, siempre ibas a estar ahí. Jodida palabra "siempre", es como para toda la vida, y luego no es así. No te fíes de nadie que dice siempre, porque siempre no existe.
¿Sabes? también recuerdo lo mal que me hiciste sentir muchas veces, las veces en las que la confianza da verdadero asco y me hacías sentir inferior para subir tú dos peldaños de aquellas escaleras imaginarías.
¿Sabes? prefiero recordar las cosas buenas nuestras, que quedaron en un baúl de un lugar recóndito en mi mente, porque de cualquier forma, siempre estarás ligado a mí.
Pero ahora, libre de tí, ¿sabes? ahora sí puedo tumbarme en la cama, cerrar los ojos y dormir, porque has dejado de ser mi cafeina, mi pesadilla, has dejado de ser quien eras, al menos para mí, porque no hay nada que el tiempo no cure, y definitivamente yo... ya estoy curada de tí.
D. Lorefield