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lunes, 11 de junio de 2012


Oigo la risa de la luna a lo lejos. Veo a una chica, en vez de 

una niña, frente al espejo. Mi alma desea ir volando al País 

de Nunca Jamás con Peter Pan de la mano  y oír cuentos de 

princesas. Que canten los que bailen, y que bailen los que 

canten, que rían los que lloren, y que lloren los que rían. 

Quiero cruzar el mar de un salto, tocar un piano invisible. 

Quiero que la nada me acompañe y que tu presencia me 

sonría. Que las lágrimas de la mañana se guarden en un 

frasco de cristal por la tarde, del que me esté riendo horas 

y horas, desde el punto más alto de la montaña más alta. 

Quiero que me prestes tus alas, que mires encima de tu 

cabeza y que la consciencia se despida.

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