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martes, 21 de octubre de 2014

Bendito Caos

Soy una maniática de la limpieza, y quiero mantener todo en orden, y me gusta buscar una determinada cosa y encontrarla justamente en el lugar donde lo puse no por poner si no porque"ese es su sitio". Me gusta tener las cosas controladas, las vacaciones programadas, y el tiempo metido en un reloj de arena invisible haciendo cada cosa a su debido momento. Ahora las cosas cambiaron, la prioridad es otra y mi chico ha descrito este momento nuestro lleno de caos como de la inmensa felicidad que sentimos por la llegada de nuestro niño, que es la luz de nuestra vida. Gracias a los dos por ser el motor que mueve mis días, mis minutos y cada latido de mi corazón. Y ésta es la entrada de mi chico... 

"Hay muchos momentos en la vida que sumen tu rutina diaria en un caos temporal: una gripe, unas vacaciones, visitas inorportunas, averías, etc... Son esos casos en los que tu casa comienza a parecerse a un mercadillo o un almacén abandonado a su suerte. 

La limpieza, la compra, la ropa... todo se acumula en un momento y a la vez y cuesta un tiempo volver a la rutina y al órden establecido. 

Pero hay un caso específico en el que el caos más absoluto llama a tu puerta, se acomoda en tu sofá y ya no le echas ni con agua caliente. Ese momento es la llegada de un hijo, y con él el orden, la rutina y la cordura deciden marcharse a otra casa más fashion y fotogénita que la tuya.

Con la llegada de nuestra pequeña luz veo que mi casa amenaza con parecerse al hogar de un enfermo de diógenes ciego de absenta. 

No importa el cuidado que pongas en colocar las cosas, la entropía manda y no hay nada más animado que un objeto inanimado. La ropa del bebé, sus cremas, pañales, y biberones se expanden hasta ocupar cualquier rincón vacío. Es más, no creo que le compráramos tanta ropa o biberones, así que tengo la sospecha de que se están multiplicando por sí mismos acaparándo todo el espacio adulto que puedan encontrar. 

Así que poco a poco ese pequeño caos va adueñándose de tú vida. Pero el problema no acaba ahí, porque el caos adulto compienza a sentir celos , así que él también reclama su derecho a amargarnos la vida, por lo que los platos sucios, la ropa sin planchar, papeles, revistas y otros objetos (in) animados deciden moverse por la casa como si fuera suya. 

Y entonces el caos infantil se solapa con el caos adulto y el desorden le pide bailar a la pereza y cuando crees que el nivel de desesperanza no puede subir, la falta de sueño llama a tu puerta y se trae unas vervezas para continuar con la fiesta.

El nivel de descontrol es tan absoluto que los nervios están a flor de piel, pero entonces, el pequeño ángel se te queda mirando, y con tan sólo diez días de vida, te sonríe.

Y todo lo demás... ya no importa".
D.R.S

1 comentario:

  1. Me ha entrado estres solo de leer la entrada de tu chico, un lexatin por favor jajaja
    Lo cierto es que este caos ya no te abandona en mucho mucho tiempo y para eso si lo hace es de manera momentanea, llega para implantarse acompañado de la inmensa felicidad que supone este cambio.
    Mil bicos family!!

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