Yo recuerdo aquella época de menos tecnología, donde nadie nos podía encontrar sólo marcando 9 dígitos de un teléfono si no estábamos en casa (e inlcuso para más inrri, yo viví en la época donde 7 eran los dígitos para marcar un número de teléfono).
Recuerdo aquella época donde ver a un amigo en persona "molaba" mucho más que ver sus fotos en redes sociales, o saber cómo ha pasado el día visitándole y que nos lo contara de viva voz sin tener que encender el ordenador y verlo en algo llamado "cara-libro".
Recuerdo aquella época donde no sabíamos qué era un mensaje de whatsapp... recuerdo que incluso éramos felices sin tanto control, sin tanta historia nueva, que en muchas ocasiones a veces (cuidado, digo a veces y este es mi punto de vista) da más problemas que otra cosa, porque quién no conoce historias parecidas de parejas rotas por ver en el "cara-libro" que aquella noche "que estaban con gastronteritis" no sólo salieron si no que además incluso un amigo de un amigo de mi primo hizo fotos de "aquella noche donde yo tenía que estar en la camita" pasándomelo en grande, oiga.
Pues sí, yo lo llamo control, y cuidado que sólo estoy hablando de la tecnología y no me gustaría que se me malinterpretara como si yo estuviera haciendo una apología a la mentira o algo así. Hablo de la privacidad, hablo de la libertad de decir lo que a mí me da la gana, de salir o no salir, pero que no haya un "cara-libro" en plan controlador, que a mí ni mi madre me controla ;) Y lo peor de todo, es que cuando la tecnología avanza y sale el último móvil en plan "súper mega guay", o la última consola donde los personajes casi son como de película, la gente sigue saliendo a comprarlo y no sólo eso, si no que además esperan colas inmensas para ser los primeros en llevarse "lo último de lo último".
Yo por supuesto me enriquezco de toda esta tecnología, y me gusta, pero ... hasta ciertos puntos, porque para mí un móvil sigue siendo para hablar por teléfono, y que una cámara fotográfica es para hacer fotos, y que cada cosa es para lo que es. Sin más.
Mirar el vídeo porque no tiene desperdicio, realidad absoluta a manos llenas.
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