El otro día escuché en no sé qué canal que la Navidad se estaba convirtiendo en algo materialista, capitalista y comercial. No, no he sido navideña de toda la vida, pero ahora más que nunca vivo la Navidad de un modo diferente: como una madre. Y es realmente maravilloso, porque a través de los ojitos de mi hijo se ve tan perfecta, tan increíble...
Recuerdo que hace cuatro navidades estábamos a punto de embarcarnos en nuestra cuarta IA. No era un acontecimiento puesto que no era la primera, pero sin saberlo, (aunque muy soñado) iban a ser nuestras últimas navidades siendo dos. En enero de 2014 el predictor se pintaba de rosa tal y como decía una canción de Sergio Dalma, y hoy, mi niño es quien nos transformó en "vividores de navidades realmente increíbles".