Estoy congelada. Está claro que el tiempo ha cambiado y lo ha hecho de una manera drástica. Como decía mi abuela, hace mucho que en nuestro país no existe el otoño ni la primavera y que pasamos del calor al frío directamente, sin previo aviso, salvo que el hombre o la mujer del tiempo te dice que el frío viene de tal o cual sitio, por lo demás, no hay una "época de adaptación" y de repente pasas a tener un frío de tres pares de narices.
Hemos llevado 10 días un tanto complicados, pues mi hijo cogió bronquiolitis y finalmente caí mala yo (como siempre, finalmente nos pasamos y pegamos todo), así que es por eso que sin previo aviso, tuve que ausentarme de la habitación, pero finalmente, estamos bien, porque no hay mal que cien años dure, a Dios gracias ;)
Pero sí, es un tiempo que igualmente me gusta. Mi barrio ya huele a castañas asadas y las tiendas se visten de colores navideños..., así como las calles. A mi hijo le encantan las luces, y durante este pequeño puente, vamos a colocar el árbol de Navidad... sí, porque ya huele a Navidad ¡¡¡ que alegría !!!
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