Un pedacito de tiempo
Tuve delante un sueño y el miedo me paralizó. Supe entonces que no importaría el valor de mis sentimientos ni la intensidad con la que los utilizara, los pagaría a dos mortalidades. Como quien está seguro que da igual lo que haya que pagar si quiere algo. No fui yo quien escogió que esto ocurriera. Sólo sé que me desperté un día y estaba cansada, totalmente agotada de todas las promesas y de todo aquello que ahora tal vez me daña. Y fue cuando me juré que el tiempo sólo sería un aliado, y que lo aprendería a utilizar.
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