Ninguno nos conocemos del todo, y hace falta una situación extrema para que descubramos lo poco que sabemos de nosotros mismos. A solas creemos vislumbrar a veces algo de nuestro yo esencial -soy nerviosa, soy sensible, nunca diría esto, nunca me pondría aquello,nunca probaría lo otro, nunca llegaría a hacer una cosa así, nunca me sentiría atraída por tal o cual persona, este límite nunca lo sobrepasaría...-, pero al final esto no es más que una parodia íntima y el día menos pensado, en la situación aparentemente más cotidiana, descubimos que todos los límites son sobrepasables.Vivimos más o menos felices mientras no sabemos lo que somos, pero todo cuanto somos consiste en lo que no somos, porque siempre nos engañamos en lo que creemos verdadero.
Un Milagro-Lucía Etxebarria
P.D.: Tan real como la vida misma, sin lugar a dudas, lo aconsejo.
Hay dos palabras que no uso, y son NUNCA y SIEMPRE, las dos demasiado tiempo, uno evoliciona o devoluciona, cambia de gustos, de pensamientos, de inquietudes, de necesidades, por eso que afirmar que algo es para siempre o que nunca lo que sea, es ser demasiado presuntuoso con uno mismo, al menos a mi parecer.
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