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lunes, 7 de enero de 2013

Enero



Enero. Tengo un año entero. Un año para pensar, un año para sentarme de nuevo y pensar qué salió mal el pasado año para volver a enmendar. Un año completo para desempolvar mi bául de recuerdos, para quitar aquello que ya no debe estar y volver a meter nuevos sueños no tan diferentes al año pasado.

Dispongo de un año completo con su luz, con sus días, sus meses y miles de rayos de sol y tal vez algún que otro quebradero de cabeza más, porque ¿qué le vamos a hacer? la gente humana suele ser así: preocupados todos de las mismas tonterías para volver a repetir que nunca más volverás a preocuparte por tales cosas y en x momento vuelves a encontrarte del mismo modo.

Enero, enero no es un mes predilecto, ni exquisito de esos que merecen ser puestos en mesa con 5 cubiertos, o deban estar enmarcados en tu salón. Enero, está claro que no es mi preferido, enero, bah un mes más, pero como todos, yo tengo mis proposiciones, mis promesas mis "no pasará más" y también ¿por qué no? mis "volvería a repetirlo".

Hoy como otros años y a pesar de no ser un mes especial, pongo en enero de nuevo mis sueños, mis metas, todo aquello que me gustaría conseguir, hoy de nuevo sin más, vuelvo a confiar, que esta vez (esta vez) será posible, esta vez se cumplirá, porque como tantas veces dije, si soñamos y cerramos mucho, mucho los ojos, tal vez mañana se cumpla, porque soñar no es de bobos, es de soñadores, soñar no es de idiotas, es de ilusionistas y este mundo es de aquellos que viven locuras y que confían en ellas para poder seguir respirando.

Enero aunque un mes más, aquí te dejo aquello que siento, aquello que deseo, porque ¿qué no sería yo sin un sueño?.

Deb Lorefield

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