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martes, 28 de junio de 2016

Te echo de menos




Casi 3 años sin tí. Ni te podrías imaginar cuánto de menos te echo. Cuántas cosas me gustaría contarte, aunque sé que de algún modo las sabes. Te llevo siempre en mi corazón, amiga.


martes, 21 de junio de 2016

Imposible



No, no confío en las cosas imposibles. Yo soy una de esas personas que se agarra a realidades absolutas y posibles. Siempre. Todo es posible, y cuanto más nos esforcemos más posible se hará después, lo importante a fin de cuentas es intentar que se haga realidad, que eso que quieres no esté en un hueco de tu cabeza con una etiqueta que dice "Cosas imposibles", pues yo soy de las que piensa que cuanto menos lo creas, menos posible se podrá hacer. Al final todo depende de nosotros mismos, y aunque quede pedante decirlo, yo no conozco cosas imposibles simplemente porque esa palabra no existe en mi diccionario.


martes, 14 de junio de 2016

Máscaras

Cuando era chica, pensaba que Espinete era real y aún recuerdo el batacazo que me metí cuando sin querer un día que mi madre nos había llevado al circo vi que justamente Espinete era de carne y hueso, exactamente como yo. Qué disgusto me pegué. Crecer no es fácil en ocasiones, entre otras cosas porque poco a poco te das cuenta que la vida no es tan rosa como la ves en tu mente o en tus dibujos animados preferidos y en ocasiones incluso los que hemos tenido que crecer lo bastante deprisa como para apenas recordar unicornios con alas o espinetes reales, o Reyes Magos que traen infinidad de regalos, o Papá Noel que se cuela en tu casa mientras duermes sólo para regalarte aquello que sueñas y llevas pidiendo casi un año entero, lo hace menos fácil, pero a fin de cuentas, es ley de vida. 

Pero cuando aún creces más, y te haces adulto, sí, te das cuenta verdaderamente que sí, que ni los cuentos existen, ni sus personajes, pero en cualquier caso sí que siguen habiendo personas que se cuelan en tu vida para regalarte sonrisas, para prometerte la luna e incluso el sol y nada de eso es verdad. ¿A quién no le ha pasado? 

Los adultos también necesitamos soñar, y siendo chiquitines tenemos un Espinete que de repente un día descubrimos que es tan humano como nosotros y que eso es sólo un disfraz, pero cuando nos hacemos mayores...por desgracia sí, siguen apareciendo Espinetes, personas que nos hacen creer cosas o que quizás creemos porque necesitamos hacerlo.

En cualquier caso, todos necesitamos ese momento de sueños, de cositas bonitas y por desgracia por muy adultos que nos hagamos seguimos encontrando gente que vive con máscaras... Poco a poco, quizás, en algún momento podamos aprender a sospechar de este tipo de personas, lo malo es que te dejas un trocito de tí mismo en el camino porque la confianza va mermando. El problema no es de quiénes somos lo que somos, si no de aquellos que se pasan la vida tratando de ser quiénes no son y tratando de convencernos al resto de aquello que ni ellos mismos creen.  Aún y con todo eso, yo soy de las que piensa que es mejor confiar, creer, y seguir soñando. 




"Todo el mundo lleva algún tipo de máscara, así que debes mirar con atención para encontrar la verdad que se oculta debajo. 

Algunos ocultan la ansiedad de hacerse mayor. 

Otros esconden sus temores a la ruina económica. 

Otros quieren tapar un amor que continúa estando vivo. 

Y luego están aquellos a los que se les cae la máscara, y si  les miras a los ojos, verás quiénes son en realidad, y exactamente de qué son capaces". 
Mujeres Desesperadas

martes, 7 de junio de 2016

Reencuentros




No sé dónde leí una vez, una historia de unos científicos  que haciendo una investigación, metieron cinco o seis monos en una jaula y dentro de la misma una escalera con plátanos arriba. Cuando un mono subía les lanzaban un chorro de agua congelada, cuando un segundo y un tercer mono hacían lo mismo, volvían a lanzar el mismo chorro de agua helada. Cuando pasó un tiempo, si un mono intentaba subir la escalera, otro le pegaba para que no lo hiciera, así que los científicos sustituyeron un mono por otro nuevo, y el mono nuevo cuando intentó subir la escalera, los demás le pegaban auténticas palizas. Los científicos siguieron sustituyendo monos, y siempre los veteranos pegaban al nuevo mono que subía, hasta que finalmente los veteranos fueron también sustituidos. Finalmente quedaron dentro de la jaula monos que nunca supieron la historia del chorro de agua fría al subir la escalera para intentar alcanzar los plátanos, pero... todo mono que intentaba subir la escalera, los demás lo pegaban.

En todas las casas cuecen habas. Es uno de los dichos más realistas que conozco. En cualquier clase de familia, ya sean grandes, o más pequeñas, dando igual la clase social incluso. Para que hayan discusiones, sinsabores y dimes y diretes no es necesario cumplir una serie de requisitos, si no simplemente ser humano, que cada uno tenga un punto de vista y sobre todo que no hayan muchas ganas de dialogar y solucionar malentendidos son los ingredientes necesarios para que esto ocurra. Yo no creo que éste sea el problema, el problema diría que es cuando tú mismo te ves involucrado en esta lucha de gentes y estás "casi obligado" a tomar parte en el asunto del lado por supuesto que "debes" estar. La historia de los monos se repite año tras año en millares de familias de todo el mundo. Es triste no haber conocido la vida de esas personas a las que nunca has conocido, no saber cuándo se casaron, si son felices, cómo viven y dónde están sus casas. No saber ni un mínimo detalle de sus vidas ni ellos de la tuya, es triste.

Yo tuve la fortuna de reencontrarme con alguien de mi familia a la que vi en contadas ocasiones (nacimientos, entierros, bodas...) pero no hablábamos, y descubrí una persona entera, agradable, buena... En estos días estamos a punto de volver a vivir la misma sensación.

Un nuevo reencuentro está a punto de suceder y estoy realmente feliz, porque yo no quiero que mi hijo sea uno de esos monitos, como lo fuimos nosotros. Sí, estoy feliz, y algo me dice que todo irá perfectamente y que vale la pena dar un paso hacía adelante, porque muchas veces en este tipo de historias, justamente pagamos los que ni si quiera conocemos la historia pasada. Y no es que nos de igual, es que muchas veces, en la mayoría de las ocasiones hay que saber comprender las diferentes situaciones e incluso hay que saber perdonar para que tú descendencia no tenga que vivir como monitos ajenos a ese dolor que quizás una vez experimentaste.

Yo pienso que es más fácil aprender a perdonar que enseñar a odiar a los que tienes a tu lado. Así que sí, soy feliz porque quiero que mi hijo conozca a todas y todos y no viva como un monito aislado con una historia pasada que nosotros ni hemos vivido, sólo nos la han narrado. Es cuestión de tiempo que todo llega !!!!