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martes, 28 de marzo de 2017

Respira


Respira...Respira...Respira... Cuenta hasta diez, veinte, cien... 

Es increíble que lo primero que hacemos cuando nacemos es respirar, pero en cambio hay veces en la vida que nos tienen que recordar que lo hagamos. Casi siempre lo hacemos automáticamente, pero otras... cuánto cuesta. 

La vida es un regalo, no podría dudarlo, pero a veces es más puta que Montera, y otras es un boxeador que te mete un revés tan grande en el pecho que a duras penas puedes saber ni quién eres. 

Pero tú, respira, no te olvides de respirar. Y de seguir caminando y de confiar que al final del túnel siempre, por pequeña que sea, hay luz, porque a pesar de todo, a pesar de que muchas veces nos golpeen tanto que no queramos seguir, la vida es sueño, tal como dijo Calderón de la Barca. 

No hay trucos, no hay tratos, no hay halloween para la vida, sólo, únicamente hay que vivirla, recordando sobre todo respirar, de coger aire, de seguir adelante, así que tú, ante todo, sobre todas las cosas... respira...
D. Lorefield

martes, 21 de marzo de 2017

Ella



Capturaba momentos con su cámara, y soñaba, sobre todo soñaba. Ella, tan bonita, tan real. Poco femenina pero tan mujer. Ella con esos labios perfectos que cualquiera mataría por robar tan sólo un beso.

Ella con risa de loca, con locura transitoria, y menos mal que transita y no se queda varada en un sólo sitio. Ella tan espontánea y tan mágica. Ella que todo le sienta bien, desde un vaquero hasta el vestido más feo de satén.

Ella es preciosa, aunque no lo sabe. Ella que en ocasiones se muerde las uñas, y en otras lo hace sólo por costumbre. Ella que puede cambiar esos versos tristes de Neruda por los más alegres.

Ella que por donde camina crea poesía, sueña poesía, ama poesía, estudia poesía porque ella es poesía. Ella tan bonita, y tan real. Ella que se emociona aunque sin llorar, porque no es de las que lloran, es de las que ríen hasta estallar, es de las que te contagia la risa hasta cuando viene un vendaval.

Ella que es trueno y tempestad, ella que es amor y amar. Ella, tan sólo ella, ella con dieciocho años, ella, tan niña, tan mujer, tan imperfecta y tan perfecta a la vez.
D. Lorefield

martes, 14 de marzo de 2017

No me gustan tus mentiras



 No me gustan tus mentiras, ni la forma que tienes de liarlo todo. Tienes la capacidad de inventar tantas cosas que es imposible seguirte el hilo, ese hilo que desgarras, arrancas, saboteas y machacas sin pensarlo, porque tú eres así.

No sé desde cuándo llevas haciéndolo, supongo que toda una vida, pero eso suena demasiado largo, demasiado eterno, hasta para tí. Has alejado a personas de tu lado y sigues en pie de guerra cargando el arma con cada mentira, y pegando balazos a todo el que te encuentras a tu paso. Pobre de aquel que se cruza en tu camino y decide quedarse porque no cambias, ni cambiarás, aunque lo que sí haces es reforzarte con cada mentira, con cada invento, con cada artimaña y nadie se atreve a decirte nada, porque eres y te ves fuerte. Porque es a lo que te hemos enseñado todos.

No me gustan tus mentiras, pero más que nada porque aunque no te lo creas hacen que estés sola, hacen que poco a poco la gente se aleje, hacen que los que te quisieron te quieran un poquito menos, pero sobre todo, te hacen daño a tí, y por eso no me gustan tus mentiras.
D. Lorefield
 

martes, 7 de marzo de 2017

La única persona en el mundo



La única persona en el mundo de la que me enamoré antes de haberla visto. La única a la que querré con toda mi alma hasta el fin de mis días. La única persona en el mundo que podría pasarme horas mirando sin cansarme. Mirar cada gesto, cada instante y enamorarme de cada cara suya, tanto si ríe como si pone cara de huevo roto antes de ponerse a llorar porque hasta es bonito llorando.

La única a la que mimaré hasta la saciedad aún a sabiendas que desde afuera puedan pensar que lo mimo demasiado. La única persona en el mundo por la que hice tratos con la vida a cambio de que no le haga sufrir demasiado. La única persona en el mundo por la que daría mi vida sin pensarlo. La única a la que haré tartas de chocolate y aprenderé a coser sólo para hacerle disfraces. La única persona que me desvela cuando algo le duele y por la que haría escaleras eternas hacía la luna. La única persona que es mi octava maravilla.

La única persona en el mundo a la que canto y me mira embelesado. La única a la que cuento cuentos y me incita a volver al principio cuando llegamos al final. La única persona en el mundo a la que miro y siento mío, mío de verdad. La única persona en el mundo que enseñaré a que mis limitaciones no son las suyas. Con la que veré dibujos animados y le diré mil veces "no te pongas tan cerca de la tele", la única con la que gritaré "aúpa" cuando se cae, la única a la daré mi mano siempre que lo necesite y cuando no, también.

La única persona en el mundo a la que haré de "Monstruo de besos" y "Guerrera de abrazos" sólo para verle correr como un loco por la casa y buscarme en cada habitación. La única persona a la que amo con locura, sin límites ni limitaciones. La única persona en el mundo, que me llama "mamá".
D. Lorefield