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jueves, 24 de abril de 2014

Las cosas claras y el chocolate espesito, por favor

Fijaos que el otro día hablando con una amiga, descubrí (una vez más) que puede haber gente muy rebuscada en este mundo. Es increíble la facilidad que tenemos todos y todas de meternos en vidas ajenas, de decir lo que haríamos en esta o aquella situación, incluso que fácil es dictaminar que una u otro es esto o aquello. Me impresiona la facilidad de opinión que tienen ciertas personas hacía vidas completamente ajenas y desconocidas a la hora de catalogar en plan "no me gusta con quien andas", "ten cuidado con lo que haces", "esa es una tal", "el matrimonio de X va a la deriva"... A mí es que me asombra muchísimo la capacidad que tienen algunas personas para sentenciar y juzgar (sin saber) a gente con la que igual y con suerte ha cruzado una o dos palabras. 

Y si esto lo llevamos a SL entonces ya el cinismo es superior aún, es todavía más exagerado, no por nada en especial, si no porque como siempre digo (y es lo que pienso) en cualquier mundo donde tienes la opcion de esconder tu identidad, donde puedes "jugar" a lo que te de la gana, pues imagínate el percal lo que puede llegar a ser, siempre (o en la mayoría de los casos) se suele sacar lo peor de cada uno. 

A mí de por si los cotilleos para criticar vidas ajenas y para juzgar, nunca, nunca me han gustado, por eso normalmente no me meto en berenjenales, pero hay gente que se mete en "vidas privadas" que digo yo que si es privada por algo será. 

Partiendo de la base de que yo no hablo de mi vida a nadie que no conozco, ni mucho menos y eso lo sabe todo el que medianamente conoce a Deb Lorefield, que si de algo peco es de ser una borde y una seca y que ni mucho menos me dedico a contar mi vida a nadie y menos juzgar la de nadie, vamos, ni se me ocurre y menos mal, porque vaya tela. Pero no, oiga, aquí cada uno que se sirva lo que quiera que para eso estamos en un supermercado de barrio y si  a la par que compramos nos enteramos qué hace la señora del 5º por las mañanas, o por qué la de la acera del frente barre tanto la calle y luego contamos lo que nos sale del mismísimo arco del triunfo, pues mejor que mejor. 

Esta entrada no es para justificar nada, pero sí es para que todos y todas seamos un poco conscientes de lo que vamos diciendo sin saber, aunque partamos de la base que no hace daño quien quiere, si no quien puede, pero aún así... hay cosas que se deben respetar. 

Recuerdo que hace años, me pasó algo parecido con una muchachita, aunque en aquel entonces, el cotilleo era supuestamente de cosas que yo dije e incluso, fijáros, la muchacha me inventó hasta un idilio (en plan Romeo y Julieta y toda la pesca) y todo era basado en mis actos en Second Life, que ahora lo pienso y hasta me río, porque lo del idilio no lo entendí para qué era exactamente, pero yo que soy más ingenua que nada, y aunque en esa ocasión tampoco me defendí y mi gente me creyó, me pillé un disgusto que para qué, porque queráis o no, era la primera vez que me pasaba y es que yo puedo llegar a ser bastante tonta. Pero como digo hay diferencia, el cotilleo en aquel entonces fue sobre mí en Second Life, pero hay ocasiones, que los cotilleos pueden llegar a tocar tu vida y o se aprende a pasar de las cosas o al final te haces la vida agua.

En fin... esta entrada es más o menos para denunciar este tipo de actos de cierto tipo de personas, que digo yo que si cada uno mirásemos para adentro de nuestras ventanas de nuestras casas, igual otro gallo cantaría. Yo sé que no puedo cambiar esto, ni pretendo hacerlo, pero sí puedo escribir este post y ser todo lo clara que normalmente soy. Vive y deja vivir, y quizás (no sé) descubras que vivir tu vida llega a ser más gratificante que vivir y juzgar la ajena y encima con "dimes y diretes", cosas tan subrrealistas como absurdas. 


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