Confianza

En algún momento de vuestra vida os habéis preguntado "hasta dónde puede llegar la confianza sin traspasar la barrera de la libertad del otro"?. A menudo yo me lo pregunto. Me encanta confiar siempre en las mismas personas, los que me conocéis sabéis perfectamente que no soy persona de cambios, y que de hecho, si soy totalmente sincera, temo esos cambios precisamente por lo desconocido.

Pero de lo que hoy quiero hablar no es de miedo, si no de la confianza absoluta pero sin traspasar ni hacer jamás lo que a tí no te gusta que te hagan. A menudo me hago esta pregunta, porque siempre solemos actuar del mismo modo, cuanta más confianza  más facilidad de acto tienes, y cuanto más conoces, más sabes dónde dar para que duela, entonces, ¿estaríamos hablando de confianza verdadera?. Hay un dicho que dice "la confianza da asco"

Para mí la confianza es creer, y como dice la misma palabra, confiar, dar tus cosas si el otro las necesita, para mí la confianza no es actuar del modo que quieres con la persona en la que confías, porque confías que te perdonará o que no te lo tendrá en cuenta, porque... traspasar barreras es lo más fácil, pero pedir perdón no lo es tanto, y hay cosas que simplemente ni se pueden ni se deben perdonar sobre todo si la confianza que has depositado es utilizada únicamente para saber cual es tú punto débil y utilizarlo como tú crees oportuno pero siempre en contra del otro.

Creo que es algo más que todo eso. Utilizamos la palabra confianza y la palabra cariño con tal facilidad que es para asustarse, porque muchas veces no es ni lo uno, ni lo otro. Porque para mí confiar, también es respetar la línea imaginaría de la puerta de la otra persona. Simplemente... Sin más.